viernes, julio 15, 2005

El arte del autoengaño

A petición de mi novia fui el pasado fin de semana a Expo Infinito, evento organizado por el canal de cable del mismo nombre que dedica su programación a temas, en su mayoría, de tipo esotérico y ocultista. Me llevé una decepción.
Esperaba ver a verdaderos artistas del engaño: personas expertas en convencer a los demás de las cosas más increíbles con tal de vender sus productos. Pero la mayoría eran simples vendedores mediocremente informados sobre sus productos. Si le preguntabas a la vendedora de Flores de Bach cómo funcionaba su mercancía, se limitaba a exponer la serie de beneficios que supuestamente proporcionaban. Si insistías en querer saber cuáles eran los principios curativos de las sustancias, simplemente repetía lo mismo: "te ayudan a armonizar tu cuerpo y tu conciencia, a aliviar el estrés, a darte energía". Y lo mismo era en la mayoría de los stands, donde varios ni siquiera habían tenido el cuidado de tener buena ortografía.
Ávido lector de James Randi , me llegué a imaginar en alguna encarnizada discusión con algún charlatán profesional, hecho que nunca ocurrió.
Lo triste es esto: la gente está tan ansiosa por tener algo en qué creer, que los charlatanes ni siquiera tienen que esforzarse mucho: la gente se engaña sola.
Estoy empezando a sospechar que de verdad se acerca una nueva edad oscurantista...

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